¿Cómo podemos ser creativos?
¿Tiene la creatividad sólo que ver con las artes y
las humanidades? ¿Y con la música?
¿Es genético? ¿Se puede adquirir? Cuando
pensamos en las características de la creatividad aparecen preguntas como
éstas.
Jaime Buhigas expone que la creatividad es una
condición universal del ser humano para vivir. El dibujante explica la
creatividad con la metáfora de los alquimistas. Estos fueron los que dividieron
la gran obra se dividía en tres partes: la muerte, el todo y la concreción.
El autor hace referencia para nombrar las
fases de la creatividad: negra, blanca y roja.
Para ser creativo es necesario pasar por las tres
fases, sin dejar atrás ninguna.
Además, es fundamental ser conscientes de nuestros
límites.
Fase negra:
En esta fase tenemos que ser conscientes de aquello
que queremos cambiar, y tener la voluntad de cambiarlo. Es importante tener claro
aquello que no nos gusta y queremos cambiar.
En esta fase. Un indicador muy común es la monotonía, el aburrimiento.
En el ámbito educativo es la fase en la que nos damos cuenta que algo falla, no estamos conformes con nuestra forma de enseñar y queremos cambiarlo.
Fase blanca:
En esta fase “todo vale”, en la que surgen las
ideas, los proyectos… le damos forma a todo. Se podría decir que en esta fase
se produce una tormenta de ideas, por ello. es fundamental estar atento a todo
aquello que me rodea, sin juzgar.
En el ámbito educativo en esta fase se investigan y buscan nuevas formas de realizar aquello que, en la fase negra, quisimos cambiar.
Fase Roja:
¡Manos a la obra! Aquí se concreta todo, hay que
ponerse en marcha. Es la hora de elegir entre todas aquellas ideas y proyectos
con los que se “soñaba” durante la fase blanca, es necesario darles forma.
En el ámbito educativo esta es la fase en la que "nos ponemos ha hacer..."
Ahora que ya tenemos las fases de la creatividad claras, pongamos un EJEMPLO que nos toque de cerca:
Fase negra: Cuando vimos el resultado de nuestro trabajo de investigación (el cual se puede encontrar en post anteriores) vimos que algo había fallado, ya que, nos habíamos esforzado mucho e invertido mucho tiempo para hacerlo lo mejor posible. Al ser conscientes de nuestro error, como grupo, decidimos que debíamos cambiar esa situación y aspirar a más.
Fase Blanca: Una vez decidimos que teníamos que cambiar el trabajo, llegamos a la conclusión que la mejor opción era leer el trabajo atentamente y analizar los fallos. Una vez localizamos los fallos, cada uno propuso una solución de mejora y entre todos llegamos a una común. Además, en esta fase aportamos nuevas ideas y conceptos que seguramente enriquecieron el documento.
Fase roja: ¡Hora de ponerse manos a la obra! Con las ideas acordadas en la fase blanca, comenzamos a rehacer el trabajo con una nueva perspectiva.
Y bien, ¿os sentís más creativos después de haber leído este post? o al menos, ¿Os sentís capaces de ser más creativos? ¡Esperemos que sí!
A continuación, os dejamos el vídeo de Jaime. Os animamos a buscar un ratito y verlo, seguro que os hace ver las cosas de otra manera.
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